Los precios de las medicinas se dispararon en el último mes.
(El Comercio/Eco Noticias)
Las farmacéuticas niegan el aumento, pero la Defensoría del Pueblo detectó la elevación en 13 productos. El Ministerio recibió quejas y reforzó las inspecciones.
Cuando Orlando Gallegos llegó a la farmacia Santa Marianita número 3 se encontró con que la pomada que su hijo utiliza para la quemadura tenía nuevo precio.
Las farmacéuticas niegan el aumento, pero la Defensoría del Pueblo detectó la elevación en 13 productos. El Ministerio recibió quejas y reforzó las inspecciones.
Cuando Orlando Gallegos llegó a la farmacia Santa Marianita número 3 se encontró con que la pomada que su hijo utiliza para la quemadura tenía nuevo precio.
Hace tres meses compró el Mebo a USD 4,25, pero el martes le dijeron que estaba en USD 5,30. Esta farmacia, ubicada frente al hospital Carlos Andrade Marín del IESS (calle 18 de Septiembre), es administrada por Cristina Espinoza.
Ella no dudó en decir que el precio de los fármacos se incrementa cada mes, “aunque sea en centavos”. “Las medicinas vienen con esos valores y no podemos hacer nada.
Los clientes se quejan y creen que nosotros somos los que ponemos nuevos precios”.El administrador de la farmacia Báez, Carlos García, no difiere en este criterio: “Sí han subido los precios y la gente está molesta”.
Gallegos, quien apenas tenía USD 5 en su billetera, solo indicó que volverá más tarde, pero se quejó por la falta de controles. “Aquí todo sube y nadie hace ni dice nada. Mi hijo necesita urgente esa pomada. Parece que es poco lo que me falta, pero a veces no tenemos ni para los buses”.
El joven padre de familia gana un promedio de USD 150 al mes por vender pinchos en la calle.La Defensoría del Pueblo inició una investigación y detectó variación en los precios de al menos 13 productos.
En el caso de la hormona femenina Lutoginestrol, el valor pasó de USD 1,60 a 5,97, cada ampolla; es decir, se incrementó en un 373% (ver cuadro).
La administradora de la farmacia El Rosal, en El Dorado, Marcela Gallardo, está molesta “porque la gente no entiende que todo ha subido y también sus productos”. Su local recibió la visita de los inspectores de Salud y fue advertida.
Sin embargo, la Asociación de Laboratorios Farmacéuticos (Alafar) y la Industria Farmacéutica de Investigación (IFI) señalaron que oficialmente no ha existido aumento alguno. Alafar agrupa a 13 laboratorios nacionales y está dirigida por Juana Ramos.
La ejecutiva sostuvo que los precios están congelados desde el 2000. En cambio, la directora ejecutiva de IFI, Mónica del Carmen Oleas, aseguró que la última revisión de precios para este grupo se dio en el 2003. “Ninguno de nuestros laboratorios ha elevado el precio de sus medicamentos”, expresó la representante de la IFI, organismo al que están afiliadas 16 farmacéuticas de investigación con capital extranjero.
En este último caso, la devaluación del dólar frente al euro hizo que los costos para las farmacéuticas que trabajan en Ecuador se incrementen en un promedio del 30% desde el 2003.
A esto se suma que solo en el último año los fletes de importación subieron en un 30%, debido a los altos precios del petróleo. Esto también generó el encarecimiento de empaques plásticos para el traslado del producto.
En los lugares de origen, como Europa, Japón o Estados Unidos, el plástico se ha encarecido en un 20% en los dos últimos años. La inflación local de los países de donde provienen los fármacos encareció el producto entre 2 y 3%.
“Pese al continuo incremento de la inflación local como intercontinental, nos hemos mantenido con los precios”, insistió Oleas.
De allí que las dos organizaciones pidieron que esta vez sí se revisen los valores. “No se puede vivir eternamente con los precios congelados, eso es irracional y hay que revisar el esquema”, adelantó Juana Ramos.
Por ahora, las direcciones provinciales de salud iniciaron inspecciones y controles en los sitios de expendio de medicinas.
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